ICE-VENTURA parte 1
Volamos desde Birmingan después de
pasar un par de días en Inglaterra, además de ser una opción
barata para los vuelos, todos teníamos ganas de visitar la isla
reina de Europa. Aunque ahora la isla que nos acoge no es otra que
Islandia.
Después de una espera en el aeropuerto, recogemos el coche y nos tiramos a la carretera pero nuestra ansia de aventura nos ha hecho desviarnos del recorrida. Queríamos una prespectiva diferente del lago pero cuando nos topamos con estos caballos , el objetivo pasó a un segundo plano.
Era el inicio de la aventura y todo nos sorprendía y nos entusiasmaba, saliamos de la carretera frecuentemente.
Islandia es una tierra de contrastes, la tierra más joven de Europa, engendra el parlamento más antiguo del continente. En una unión de fallas se celebraba la Þingvellir (del islandés Þing, asamblea, y vellir, explanada). Las frías aguas del deshielo se calientan a través de los conductos volcánicos y los geisers expulsan esto, haciendo de esta imagen un espectáculo increíble.
Una de las ventajas de Islandia es la acampada libre, pese a recorrer la isla en coche, el acampar nos hace sentir en armonía con el medio y cuando llega la noche, piensas sobre todas las historias que habrán vivido estas tierras.
Después de una ducha caliente por la mañana y de ofrecer un divertido espectáculo a los excursionistas, nos dirigimos camino a la cascada Gullfoss, donde Manu encontró la inspiración para una de sus magníficas acuarelas. El resto disfrutamos de uno de esos momentos en los que dejas de andar, de leer, de hablar y de hacer fotos. Sólo miras y disfrutas, sientes y escuchas.
Es hora de tomar el mapa y seguir. Debo confesar que tengo unas ganas terribles de llegar a esta nueva parada. Seljalandsfoss es una de mis tres principales motivaciones para venir a esta tierra.
Mientras el resto busca un lugar donde dormir, yo me preparo para mi particular Everest. Quizás es un poco exagerado, vale, pero lo recuerdo como una de esas pruebas de las películas de ninjas, aunque esta a penas duraba un par de horas.
¿Y qué mejor que un baño después de hacer ejercicio? Cesare Pavesse decía “No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos” y este quedó congelado en nuestra memoria, no sólo por el agua glaciar.
Por la mañana nos apresurábamos en recoger, Islandia nos sorprendía a cada paso. Al lado del lugar de acampada una cascada caía en el interior de una caverna. Y Skogarfoss hacía gala de su poderío, el estruendo anunciaba a lo lejos , otra de las maravillas naturales de este país. Después de caminar y conocer el entorno, es la hora de una gran prueba de orientación.
Esta es una foto que quería conseguir. En un lugar sin carteles, en medio de un negro arenal repleto de rocas se esconde este Douglas caído en el 73, aviación americana.
En nuestro viaje a través de la isla nos detuvimos en mil y un sitios, ya que viajar es lo único que compras y te enriquece más, porque si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal.
La baja densidad de poblaciones, hace del camino un safari, conociendo en plena naturaleza a las especies autóctonas, aunque a veces buscábamos a próposito pasar por ciertos puntos, ya que no podíamos salir de la isla sin ver a un frailecillo.
La playa de Reynisfjiara es conocida por sus paredes de columnas basálticas. Daniel y yo decidimos recorrer con el 4x4 todo el arenal. Como si de un Dakar se tratara, encallamos y resbalamos, quizás se nos fue un poco de las manos.
Cierto escritos americano decía que dentro de diez años te arrepentirás de las cosas que no has hecho, no de las que has hecho. Y vaya, creo que después de esta primera parte de la aventura, algo empieza a crecer dentro de nosotros. Una gente a la que apenas conocía, empezaba compartir experiencias que jamás olvidaré. Una aventura en los confines del Atántico, en una tierra de vikingos. Una amistad forjada en la convivencia.
Después de una espera en el aeropuerto, recogemos el coche y nos tiramos a la carretera pero nuestra ansia de aventura nos ha hecho desviarnos del recorrida. Queríamos una prespectiva diferente del lago pero cuando nos topamos con estos caballos , el objetivo pasó a un segundo plano.
Era el inicio de la aventura y todo nos sorprendía y nos entusiasmaba, saliamos de la carretera frecuentemente.
Islandia es una tierra de contrastes, la tierra más joven de Europa, engendra el parlamento más antiguo del continente. En una unión de fallas se celebraba la Þingvellir (del islandés Þing, asamblea, y vellir, explanada). Las frías aguas del deshielo se calientan a través de los conductos volcánicos y los geisers expulsan esto, haciendo de esta imagen un espectáculo increíble.
Una de las ventajas de Islandia es la acampada libre, pese a recorrer la isla en coche, el acampar nos hace sentir en armonía con el medio y cuando llega la noche, piensas sobre todas las historias que habrán vivido estas tierras.
Después de una ducha caliente por la mañana y de ofrecer un divertido espectáculo a los excursionistas, nos dirigimos camino a la cascada Gullfoss, donde Manu encontró la inspiración para una de sus magníficas acuarelas. El resto disfrutamos de uno de esos momentos en los que dejas de andar, de leer, de hablar y de hacer fotos. Sólo miras y disfrutas, sientes y escuchas.
Es hora de tomar el mapa y seguir. Debo confesar que tengo unas ganas terribles de llegar a esta nueva parada. Seljalandsfoss es una de mis tres principales motivaciones para venir a esta tierra.
Mientras el resto busca un lugar donde dormir, yo me preparo para mi particular Everest. Quizás es un poco exagerado, vale, pero lo recuerdo como una de esas pruebas de las películas de ninjas, aunque esta a penas duraba un par de horas.
¿Y qué mejor que un baño después de hacer ejercicio? Cesare Pavesse decía “No se recuerdan los días, se recuerdan los momentos” y este quedó congelado en nuestra memoria, no sólo por el agua glaciar.
Por la mañana nos apresurábamos en recoger, Islandia nos sorprendía a cada paso. Al lado del lugar de acampada una cascada caía en el interior de una caverna. Y Skogarfoss hacía gala de su poderío, el estruendo anunciaba a lo lejos , otra de las maravillas naturales de este país. Después de caminar y conocer el entorno, es la hora de una gran prueba de orientación.
Esta es una foto que quería conseguir. En un lugar sin carteles, en medio de un negro arenal repleto de rocas se esconde este Douglas caído en el 73, aviación americana.
En nuestro viaje a través de la isla nos detuvimos en mil y un sitios, ya que viajar es lo único que compras y te enriquece más, porque si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, es mortal.
La baja densidad de poblaciones, hace del camino un safari, conociendo en plena naturaleza a las especies autóctonas, aunque a veces buscábamos a próposito pasar por ciertos puntos, ya que no podíamos salir de la isla sin ver a un frailecillo.
La playa de Reynisfjiara es conocida por sus paredes de columnas basálticas. Daniel y yo decidimos recorrer con el 4x4 todo el arenal. Como si de un Dakar se tratara, encallamos y resbalamos, quizás se nos fue un poco de las manos.
Cierto escritos americano decía que dentro de diez años te arrepentirás de las cosas que no has hecho, no de las que has hecho. Y vaya, creo que después de esta primera parte de la aventura, algo empieza a crecer dentro de nosotros. Una gente a la que apenas conocía, empezaba compartir experiencias que jamás olvidaré. Una aventura en los confines del Atántico, en una tierra de vikingos. Una amistad forjada en la convivencia.
Y es que viajar es compartirlo todo en el camino, la cama, el pan y el vino...
César D.
