Así fue nuestro 30 de noviembre del 2012…
El cacareo de un gallo remueve mi sueño. Se escuchan pasos
sobre la curtida madera de la habitación
de al lado. Entre la pequeña rendija de mis parpados noto una cálida luz que
proviene de un línea entre tablones en la pared.
Realmente estoy ya algo cansado pero después de remolonear
algo en la cama veo a Moi comentándome algo sobre no se que mantas .. la verdad es que son muy calidad para la fría
noche que baña las montañas del norte del Vietnam, de textura suave y
colores vivos.
Me dirijo hacia la estancia contigua Chin y Cha aprovechan
los restos de nuestra abundante cena como desayuno, Moi se une rápidamente. Yo
le sigo después de volver a por mis lentes.
Después de esto Chin insiste en servirnos el desayuno que
está planeado. Como evitar un rico bocado de fruta recién troceada ‘ y un café,
vietnamita por supuesto.
Llega el momento del
baño, en una enorme cazuela
nuestra casera prepara al fuego una infusión de tamaño superlativo. Moisés fue el primero en ser caldeado por
aquel preparado hirviendo. Introducirse en aquel barril de madera era toda una
prueba de flexibilidad y coraje ya que una vez dejas de sentir tus pies por el
calor, introducir el resto del cuerpo requiere
poco de esto.
Terminado el baño y
recién perfumados por la sustancia de la infusión nos disponemos a recoger
nuestras cosas. Algunas gentes del lugar empiezan entonces a poblar la casa.
Chin invita a pasar otra noche en el
lugar ya que harán una fiesta esta noche
por la cual matará un cochino. Pronto se empiezan a escuchar los chillidos del
animal. Me apresuro a tomar mi cámara para sacar algunas instantáneas o quizás
filmar un video de lo que sucede.
Aprovechando la cámara en mano me dedico a disparar un poco
más antes de iniciar el regreso a Sapa. Un rápido y resbaladizo camino nos
conduce por una gran pendiente entre los arrozales hasta el rio luego subimos
hasta un poblado cercano y un amigo de Chin no lleva hasta la villa de Sapa,
reduciendo así bastante las casi cuatro horas que tardamos en hacer el camino
andando a la llegada.
Estamos en Sapa. Después de hablar un poco más sobre las
distintas tribus que inundan la región, Chin nos conduce hasta dos mercaderes
del los Black goon, como respuesta a mi solicitud de adquirir el típico atuendo
de esta cultura tribal.
Me encuentro en el centro de voluntariado de Sapa. Hemos
pagado bastante por las ropas pero en realidad de trata de un articulo de lujo
tejido a mano y tintado con los colores de los Black. Hemos gastado ya todos
los dólares americanos que llevaba Moi encima.reservo los mis para pagar
nuestro visado a Laos. Tuvimos que salir corriendo y zanjar el trato pronto que
estaba empezando a diluviar. Hemos
resuelto el tema del bus a la frontera .
Gracias a Chin contactamos con una
agencia que nos gestiona el transporte hasta el primer poblado después de la
frontera con Laos por el que pagamos los dos pasajes a 900.000 VND.
Aprovechamos para subir un par de post al blog, recargar baterías de la cámara,
pasar las imágenes al disco duro …
Salimos corriendo hacia el exterior del local. El señor de
la agencia de viajes nos espera en su todoterreno. Es el mismo que nos acercó
desde el poblado hasta Sapa. Ya son las
siete en punto. Llegamos a enfrente a la iglesia y ahí esta e bus. Tomamos el
equipaje del maletero y.. OH ¡ Espera ¡!! EH ¡ Wait for us ¡!! El hombre de la
agencia consigue parar al bus. Se marchaban sin nosotros ¡! Otra vez… como en
Cat Ba …
Subimos al pequeño y envejecido mini bus de apenas 21
plazas. Nos piden quitarnos los zapatos, El equipaje pesado se acumula junto a
más maletas y fardos varios en la parte delantera del bus hasta tocar casi al
conductor. Caminamos entonces por un pasillo repleto de alpacas que cubren hasta
en medio metro de altura desde el piso.
Por encima unas ligeras colchonetas permiten el acceso hasta las últimas filas.
Nos sentamos por el medio pero nos recolocan al fondo donde otros jóvenes de
pinta occidental se disponen a realizar el mismo trayecto.
Junto con Tom y Tony dos hermanos holandeses y las dos
chicas australianas miramos
La mayor de las dos propone jugar a cartas. Múltiples
partidas a distintos juegos hacen que la primera hora y media de las diez de
trayecto resulte corta. Ya han pasado dos horas. Ya han pasado dos horas y
media. El bus sube por una pista de trial entre las altas montañas del norte
del Vietnam. Unos boquetes del tamaño de
piscinas modestas hacen que me esté endureciendo el cráneo contra el cajón que
se encuentra en mi lateral del vehículo. Ya han pasado tres horas. De pronto el
mini bus se detiene en un pequeño poblado. Al lado de una especie de bar de
carretera Vietnamita en medio de las montañas.
Aliviado el incomodo dolor intestinal en un cuarto mugriento sin la usual taza occidental subimos de nuevo al autocar para proseguir el viaje. Dentro hace calor y eso sumado a la humedad del ambiente hace que las ventanas estén completamente congestionadas de una contundente cortina de agüilla. Después de unos cuantos golpes en el motor unas 15 personas se suman al ya superpoblado transporte.
Emprendemos la marcha. Llegamos a sumar unas 37
cabezas que se divisan en la oscuridad de los 21 asientos del ya bautizado como
“Party Bus”. Nombrado como tal debido a la intensa música dance vietnamita que
suena en este peculiar minibús con destino a Bien Phu sumado al over- booking y
al humano que desecha sus tripas por la
boca debido quizás al bambaneo y el intenso olor de la estancia sin ventanas
abribles. En una recolocación del espacio nos colocan entre Tom y yo a un
Adulto vietnamita con cara sonriente. Una mandíbula superior superdesarrollada
hacia que una fila de seis dientes sobresaliera de la boca acompañado por ese
aliento putrefacto difícil de ahuyentar cuando quería comunicarse.
Ya han pasado cinco horas. Ya han pasado seis. Quedan tres. Limpio
un poco de ventana para ver el exterior. Pese a ser noche existe una claridad
exagerada para la pequeña luna casi llena que se dibuja entre las pobres nubes.
Quizás dormir algo… el ligero portátil de Silvia esta seguro en la mochila
entre toalla y ropa que acolchan el banbaneo. Pero poco accesible para mi.
Tendré que escribir esta entrada más adelante.
Seguiremos informando.
César D.
Escrito sobre mi ya seco bañador en un autobús mucho más
confortable destino a la bautizada como Ibiza del sureste asiático.
6 comentarios:
en realidad querian hacer sopa de vosotros, pero os salisteis demasiado pronto jajaja
escrito desde mi casa, mas confortable que el "Party-bus" tambien (imagino) jaja
Parece que os adentráis... una cosa, ¿alguna serpiente u/o/y animal peligroso? Es que vamos, estáis justo al lado de Tailandia y ¿nada de serpientes venenosas? no puede ser...
Por cierto, el atuendo típico es WAPISIMO, me encanta!
Sabíais que así nos duchábamos todos antaño ¿no? me causa claustrofobia solo de leerlo ese party bus
El traje es una pasada!
Me encantan las fotos...
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